TAREA 5 Creación Literaria


Narración (A partir de 7 años) 

Título: GERÓNIMO

Gerónimooooooo!

Ese es mi grito favorito.

 


¿Vosotros tenéis pueblo?

 

Yo sí, bueno es el pueblo de mi abuela pero, como si fuera el mío.

El pueblo de mi abuela es muy muy pequeño y se llama Palazuelo.

 

No me gusta nada ir en invierno, hace un frío que pela, las calles están desiertas. Y en las casas sólo están los abuelitos… ¡no hay niños!

 

Pero en verano, en verano sí que mola, porque mientras los papás se quedan en la ciudad trabajando, los niños pasamos el verano en el pueblo, con los abuelos, libres y sin regañinas.

Todo el día en la calle, con las bicicletas, con los amigos. ¡Es maravilloso!

 



Cierto que mi abuela es un poco mandona, pero como no quiero que me castiguen sin venir al pueblo, soy el más obediente del mundo mundial.

 ¿O acaso preferiríais ir a un campamento urbano? Porque yo NO.

 


Por cierto, me llamo Julio, aunque en el pueblo todos me llaman Julito, dicen que es porque mi papá también se llama Julio y así no nos confunden. No lo entiendo la verdad, mi papá es alto, gordo y un poco calvo y yo en cambio soy delgado, pequeño y mi pelo es negro y rizado.

 

¡Cosas de pueblo!

 

En el pueblo tengo una pandilla ¿Qué cuántos somos?

 

Pues no sabría deciros, 5, 6, 7, .. no lo tengo claro. Cuando unos se van de vacaciones, otros vienen. Todo depende de los planes de los papás.

La verdad es que ya nos podían avisar, nosotros también tenemos planes…. El Trabajo siempre es su excusa

 Aquí los niños mayores, no van en bicicleta, ni juegan al futbol, se pasan la vida hablando por el móvil, escuchando música, metidos por el día en sus casas y saliendo cuando los pequeños nos vamos a dormir; son como la coruja de la iglesia, sólo se les ves y oyes por la noche.

 

Os estaba hablando de mi pandilla…

Mi verdadera pandilla, los que siempre, siempre vamos juntos:

Están, Natalia que tiene 8 años y su hermana Laura de 6.

Son las nietas de la guapa…. Dice mi mamá que a su abuela la llaman así porque de joven era muy muy guapa. Eso digo yo, que lo sería de joven, porque ahora es como la bruja de Blancanieves, fea y arrugada, aunque muy simpática.

Luego está Guille, también de 8, creo que es mi mejor amigo, discutimos, nos pegamos y luego nos contentamos y luego reñimos otra vez… pero nos lo pasamos muy bien y somos inseparables. Su abuela vive en la misma calle que la mía, así que a veces, comemos en una casa, cenamos en la otra…

Guille también tiene una hermana pero de dos años.

Y … luego está Julia. ¡Menuda chica!, tiene 6 años pero es más alta que yo. Rubia, rubia, rubia, con lacitos. Siempre está con lacitos, yo creo que duerme con ellos. Y tiene una carita redonda y adorable. Pero ¡cómo manda!, no me atrevo a llevarle la contraria. Lo que dice Julia, se hace y punto.

Yo también tengo 8 años, y si pasas por mi pueblo me reconocerás enseguida. Soy el único niño que lleva casco y protectores de rodillas y codos cuando va en bicicleta por seguridad, y cuando juega al balón o a pillar, por si acaso.

 

Hemos quedado a las seis en casa de Julia. Es nuestro punto de reunión. Quedamos allí siempre incluso los días que Julia no está.

 Tenemos merienda en la vía del tren. Yupiiiii

¡¡Tranquilos!! no hay peligro, ya no hay ni tren ni vía, sólo la estación en ruinas de un tren, el TREN BURRA..

JI JI JI menudo nombre para un tren… ¿serán también cosas de pueblo.?

 

  •        ¡¡ JuliaAAAAAaa, JuliaAAAAaa !!
               Estoy harta, dice Laura, siempre tenemos que esperar por Julia.  

Lo cierto es que Julia tiene una tía muy pesada que no la deja salir antes de las seis. Dice que hace mucho calor, que podemos achicharrarnos, caernos … marearnos. ¡Qué rara es esta mujer y qué cosas piensa!

Ayyy Qué tía más pesada. Estoy harto de esperar, llevo un rato al Sol, mi casco está ardiendo, tengo la cabeza como si hubiera estado en la piscina, mojada, mojada; y si cierro los ojos, veo estrellitas y puntitos de colores, qué sensación… uuuuummhh parece que estoy flotando en una noria…

  •         ¡Julitooo!! ponte a la sombra que dice mi tía que te vas a marear.

 Caray casi me caigo de la bicicleta del susto.

Ahí está Julia, ya era hora. Con su vestido rosa, rosa como los chicles, muy parecido al disfraz de bailarina que llevó mi hermana a la guarde (por cierto mi hermana tiene 2 años, se pasa el día con mi abuela, y no va en bicicleta, así que no merece la pena que os hable de ella)

Cuadro de texto:   Y sus zapatos... también rosas con cosas brillantes. Julia no lleva nunca playeros.

  •       ¡Julia, ponte los playeros que te vas a caer de la bici!
  •      Qué NOOOOO, dice Julia a su tía, qué son muy feos, no son rosas y tu no eres mi       mamá.

Guille, está coladito por Julia, no entiendo qué ve en ella, aparte de que es preciosa, preciosa y que el rosa le sienta tan bien.

  •        ¡Qué diadema más chula Julia!, estás muy guapa, le dice Guille

-           El bocazas de Guille siempre tiene que decir algo

  •        Ya lo sé Guille, dice Julia, ¿por qué te crees que me la he puesto?, pues porque estoy guapa. 
  •        ¿Es de Pepa Pig? Dice Laura emocionada.
  •         Nooooo, no ves que es de Ladybug, dice Julia. Pepa Pig, es para pequeñajas como tú.
  •        Mentira, dice Laura ofendida, Ladybug no va de rosa, y yo soy más mayor, cumplo antes.
  •      Ya, pero yo soy más alta y eso gana.
  •       Bueno chicas, dice la tía, que al final se os hace de noche y no podéis ir a merendar.


La casa de la abuela de Julia está en la zona más alta del pueblo, como si fuera un castillo, así que para ir desde allí a cualquier sitio…

 …Todos en sus bicicletas, preparados, listos y ¡¡¡ Gerónimooooooooooo!! Gritamos mientras bajamos por esa cuesta tan empinada. Es como bajar por un tobogán gigante, como los de los parques acuáticos. Nos lanzamos cuesta abajo, sin frenos, como locos.

Bueno yo confieso que sí aprieto el freno un poquito…. Por si acaso.

Y sabéis por qué gritamos eso de Gerónimoooo, pues porque lo dijo Julia.

Cuando Julia tenía cuatro años, la llevaron a unas tirolinas que daban mucho miedo. Había que cruzar un lago enorme, y los monitores les dijeron que si gritaban Gerónimo muy muy fuerte, ya no tendrían miedo. 

Julia se empeño en cruzar el lago, a pesar de que era muy pequeña pero como pesaba tan poco se quedó colgada de la tirolina y sin avanzar a mitad del lago, gritando ¡Gerónimo!, ¡Gerónimo! hasta que un monitor fue a rescatarla. Dice que no estaba asustada y que fue muy emocionante

¡Qué valiente es Julia!, yo me habría puesto a llorar y a llamar a mi mamá y no a ese tal Gerónimo.


Por fin en la vía del tren.

Hay unos árboles junto a la pared de la estación y allí tenemos una caseta que hicimos con ramas, bueno, mi papá y el papá de Julia, nos ayudaron a hacerla. Siempre hay sombra, y la hierba está mullidita y fresquita, da gusto sentarse.

 

  •           ¿Qué habéis traído de merendar? Dice Natalia, nosotras traemos bocata de jamón del bueno.
  •           Pues a mí, mi abuela me ha hecho uno de tortilla de chorizo
  •           ¡Jopeeee!, dice Guillermo el mío es de queso con membrillo. Julito te lo cambio.
  •           Pues el mío es de Tortilla de patata, dice Julia

 

En el pueblo siempre se meriendan bocadillos de pan, pan. Creo que las abuelas no saben qué es el pan bimbo y el jamón jork.

Y el tamaño de los bocadillos… El mío es como el estuche que llevo a clase, así de gordo, a punto de reventar cuando lo lleno con las pinturas y los rotuladores.

También teníamos agua, fruta, bizcocho, magdalenas…

No me extraña que crezca tanto y que mi madre tenga que comprarme siempre pantalones después del verano. ¡qué bien se come en el pueblo!

Al final cambié el bocadillo a Guille

 

  •           ¿Sabéis hoy he visto más de 50 buitres?, dice Natalia

Natalia, es la más mayor y responsable; todas las mañanas se levanta muy temprano para ir con su tía en bici por los caminos. Sabe muchísimo de animales

  •      Ya serían cigüeñas, dice Guille
  •     Qué nooo, que eran Buitres. Buitres leonados. Viven en el cerro que hay a la salida del pueblo. Mi tía dice que les dan de comer en una fábrica de pollos.
  •      ¿Y qué hicisteis?, continuo Guille con cara de preocupación
  •       Nada, pasamos con la bici a su lado y ni nos miraron
  •    Esos pájaros son muy malos, dice Julia, salían en la película del Rey León y yo los he visto en el zoo.  Dice mi hermano que si te quedas quieto tumbado, te pueden comer, y como son tan grandes te cogen con las patas, te llevan volando y cuando estás arriba ....


                        ¡CRAAAAAC!

                       Aaaaaggggggh gritamos como locos…

  •         ¿Qué es ese ruido, buitres? O lobos….. dice Laura

                       ¡CRAAAAC! ¡CRAAAAC! Auuu, auuuu!

 Julia y Guille salen de la caseta con un palo en la mano.

  •            Chicos, yo, mejor me quedo… cuuuidando a Natalia y a Laura.

Mi corazón está acelerado, creo que tengo un poquito de miedo, pero tengo que disimular… ¿Y si les pasa algo a Guille y a Julia?, ¿y si es un buitre o un lobo?. ¿Qué hago?

 

De repente…


  •                 ¡Ooooooohh qué monada! Es la voz de Julia.

 Salimos todos corriendo.

Julia lleva en sus brazos un cachorrito de perro

  •          Mirad chicos, lo que nos hemos encontrado, dice orgullosa
  •         Es un cachorro de Golden, dice Natalia, es una raza de perro

 Yo nunca había visto un perro tan tan… me encanta.

El perrito se comió nuestra merienda, nos destrozó la tienda tirando de las cuerdas que sujetaban las ramas, mordió el vestido de Julia, se hizo pis encima de la mochila de Laura… pero nadie se enfadó y fue la tarde más maravillosa y divertida del mundo mundial

  •           Mira Julito un murciégalo, dijo Laura

 Uy uy, se estaba haciendo tarde y teníamos que irnos a casa.

  •          Tenemos que pensar qué hacemos con el perro, dijo Natalia.
  •          ¿Y si lo escondemos en la caseta hasta mañana dijo Guille?
  •        Eso me parece Fatal, fatal, fatal. A ti te gustaría quedarte aquí solo. PUES NO

 Cuando Julia dice eso, es que se está empezando a cabrear, se pone muy muy seria y pone los brazos de la misma manera que mi abuela cuando dice que le duelen los …roñones ¿?

    El perro, lo encontré yo y yo me lo llevo a casa para cuidarlo. Mañana por la mañana, venís a buscarme y lo sacamos de paseo. Si queréis cada día nos lo llevamos uno.

Todos estuvimos de acuerdo con Julia

Guille iba sujetando su bicicleta y la de Julia, porque ella llevaba en brazos al perro y no dejaba que le ayudáramos.

  •  Ahora tenemos que entretener a la tía de Julia, para que no vea que Julia sube el perro a su habitación, dijo Natalia.

-      Así que nos metimos todos en la cocina donde estaba su tía. Ahora estaba más sonriente y nos dio una croqueta de jamón a cada uno, y recién hechas…

¡PRUEBA CONSEGUIDA!, el perro estaba en la habitación de Julia y nosotros cada uno en su casa.

 

¡Qué noche más larga!, ¡Qué mal he dormido! Había un montón de ruidos.

Primero la coruja de la iglesia, luego unos perros, los niños mayores escuchando música a todo volumen… y además una ambulancia.

En el pueblo no hay hospital, y el médico sólo viene un día a la semana. 

Y ambulancia... el verano pasado vino dos veces, una cuando el hermano de Julia se calló de la bicicleta, y otra cuando se murió el abuelo de Natalia y Laura.

Mi abuela siempre se asusta mucho, se junta con las vecinas en la plaza. Parece que estuvieran jugando al juego de “adivina a quién viene a buscar la ambulancia”. En un plis plas, hacen una especie de recorrido virtual por todas las casas del pueblo, saben los enfermos que hay, los que son muy viejitos, los que están y los que no están. Es como si en vez de cabeza tuvieran un dron con cámara como el que me voy a pedir a los Reyes Magos.

 

No aguanto más en la cama, me bajo a desayunar. Estoy deseando llamar a Guille para ir a casa de Julia ¿Qué tal se habrá portado el perro? ¿habrá dormido en su cama? ¿se habrá enterado su tía?... necesitaba saber todo ya… casi no tenía ni hambre.

 

La abu, me dio un beso de buenos día y …

  •        Julio, cariño, ¿Qué hicisteis ayer por la tarde, os pasó algo?

 A qué venía esa pregunta…

  •       Noooo, merendamos en la estación y nos lo pasamos muy bien.
  •        Es que ayer por la noche vino la ambulancia y se llevaron a Julia al hospital

Bufff, buffff, me faltaba la respiración, un calor me recorrió todo el cuerpo y me subió hasta en las orejas. Y no pude evitar ponerme a llorar.

              Quiero ir a casa de Julia, tengo que ir a casa de Julia

Y cómo si Guille me hubiera oído, allí estaba, entrando por la puerta y también llorando.

Cogimos las bicicletas y pedaleamos rápido, rápido, adelantamos al loco de la camioneta de las lechugas. Sin frenos… pero con casco.

En la puerta de Julia, ya estaban Natalia y Laura. Hablaban con la abuela de Julia  y nos mandó pasar a la cocina.

Nos había preparado chocolate con pan frito.

  •    Pero esto ¿esto qué es?, ¿una broma? Julia en el hospital y nosotros celebrando un cumpleaños.

-          La abuela empezó a reír agarrándose la tripa, no podía parar

  •      No pensé que fueras tan serio y tan mayor Julito. NO cariño, Julia está bien y su tía ya la trae del hospital, llegará enseguida.

         Ayer después de cenar se puso malita, no paraba de toser y le costaba trabajo respirar.

        La ambulancia vino enseguida, le pusieron una inyección y se la llevaron al hospital para           hacerle unas pruebas.

  •        ¿Pero por qué se puso mala? Quiso saber Natalia.
  •         Pues parece que a Julia le da alergia un amiguito vuestro, dijo la abuela
  •       ¿Qué es eso de una alergia? Preguntó Laura

Natalia, con su inmensa paciencia explicó a Laura, que hay cosas o comidas que a algunas personas les sientan muy mal.

            Es como cuando tu comes nueces y te pica la lengua y por eso mamá no te deja comer más. En cambio yo puedo comer las que quieras

  •    Y qué amiguito le da alergia?

 La abuela abrió la puerta del patio y allí estaba… era el cachorrito.

  •     Este es el amiguito que os decía. Vuestro perro. Julia, de momento no puede cogerlo, porque si la chupa o la toca con sus pelillos, se pone malita.

                                Ya viene, ya viene, ya viene Julia.

Salimos todos corriendo. Su tía la bajó del coche en brazos. Ahora sí que parecía una niña de 6 años, con su pijama y los ojos llorosos.

Anda y por ahí venía también mi abuela, mi hermana y el vecino de mi abuela, Agapito, un señor que en verano viene al pueblo, pero que vive al lado del mar (no me acuerdo como se llama su pueblo).

Agapato, Agapito, el que habla como un grillo…. Eso nos inventamos Guille y yo cuando nos enteramos del nombre de este señor. Mi abuela me hizo ir a su casa a pedirle perdón… (pero eso es otra historia)

Todos, todos queríamos ver a Julia

Increíble, el vecino de mi abuela iba con un perro igualito que el nuestro pero en grande.

A lo mejor ese perro era la mamá de….

La tía de Julia nos explicó que Julia tendría que tomar unas pastillitas los días que estuviera en el pueblo, y así no le pasaría nada si tocaba animales o perros, pero de momento… tenía que olvidar eso de tener un perro en casa…

  •      Qué pena dijo Agapito, el cachorrito, es de mi perra Linda. Tengo muchos perros en Vigo, pero quizás, si a alguno de vosotros le dejan los papás os podríais quedar con él. De esa forma Julia también podría verlo cuando la dejaran sus papás

 Natalia dijo que su mamá tenía prohibida la entrada de mascotas en casa.

  •          Yo sí que lo quiero, dijo Guille, pero tengo ya dos gastos y a lo mejor a mi madre le da un soponcio si me ve llegar con otra mascota.

Yo no dije nada, sólo miré a mi abuela.

  •       Julio sí que podría quedarse con él, dijo mi abuela Yo estoy ya muy mayor y el perro me haría compañía aquí en el pueblo. ¿te apetece Julio? ¿quieres que nos quedemos con el perro?

OH MY GOD!, como dicen los mayores, no me lo podía creer, a la porra el dron, a la porra la bicicleta, por fin iba a tener un perro.

                                    YUPiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

 Salté, bailé, grité… todos se reían, los pedros ladraban

  •     Anda… Y ahora tengo que pensar cómo le llamo: Everest, Chase, lobo, buitre,
  •     Se llama GERÓNIMO, dijo Julia.

 …Y cómo siempre, la idea de Julia era la mejor.  



 

 

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