TAREA 5 Creación Literaria


TEATRO (6º Ed.Primaria) 

Título: Cambios

Mediados de septiembre, los alumnos vuelven al colegio.

PRIMERA ESCENA

Estamos en una clase de 6º de primaria. Niños y niñas de 11 – 12 años. Están esperando al profesor

En la última fila dos niñas conversan.

Ale:     Madre mía Claudia, ¿has visto? parece que nos ha abducido una nave espacial y nos ha devuelto a la Tierra después de 10 años, al menos a las chicas.

Claudia:       Ya te digo Ale, esto no es normal, tres meses de vacaciones y parecemos otros.  Menos mal que llevamos uniforme y vamos vestidos todos igual

Observan a sus compañeros….

Ale:        Sabes, yo hoy no quería venir a clase, me ha salido una espinilla que ocupa media cara. Le he mangado algo de maquillaje a mi madre pero es una pasada, mira (y retira la mano que tenía apoyada sobre la mejilla) creo que se nota más.

Claudia:       Sí se nota, pero eso no es nada comparado con mi bigote.

Ale:          Claudia, eres una exagerada, lo peor es mi espinilla.

Claudia:       ¿Peor?, a ti eso se te quita mañana o pasado y yo… Dios mío parezco la mujer chimpancé. Tengo pelos en los brazos, en las piernas, en los rincones más insospechados. Me he puesto hasta leotardos, y estamos a 30º, me estoy ahogando de calor.

 Y que me dices de las cejas, parezco prima de la artista esa que vimos en plástica, y encima bigote.

Ale:        ¿Frida Kahlo?

Claudia:          Esa… lo ves Ale, ves como tengo razón y sí que me parezco a esa Frida. No puedo entender que volviera locos a todos los hombres. Que fuera artista, lo entiendo, pero lo de su belleza peluda, a mí, me parece que era fea, fea de bigotes..

(ríen las dos a carcajadas, Claudia, se tapa la boca según se ríe y continúan hablando)

Bigote, aparatos en los dientes, a ver qué chico me mira a mí, uno que sea cegato. ¡Menos mal que no llevo gafas!, aún…

(Claudia cruza los dedos pulgar e índice de ambas manos)

Ale:       La verdad Clau, que no te pierdes nada si no te miran los compis de clase, es increíble, ellos.. ellos están como siempre, parece que siguen en infantil, les sacamos dos cabezas.

(Dos niños se han puesto a jugar, simulando que están en una pelea. Terminan tirados en el suelo carcajeándose)

Acaba de entrar una niña en clase, muy menuda y con curvas especialmente protuberantes.

Ale:       ¡Jopetas Claudia!, pero si es Anitaaa.

Claudia:      Anita!!, creo que nunca más volverá a ser Anita. ¡pobrecita!, lo suyo es peor que lo nuestro, culona, tetuda y enana. Pero si hace dos días era como un palillo.

Pero a la tal Anita, parece no importarle mucho su aspecto físico, saluda y abraza a todos sus compañeros sin ningún reparo, con contundencia. Al final se acerca a la mesa de nuestras amigas.  

Anita:       Tías, menudo cambio, eh. Estáis que parecéis otras. Anda Ale, si tú también tienes tetas

Alejandra cruza los brazos, se siente abrumada y avergonzada con el descaro de Anita, y mira a su alrededor para asegurarse que nadie ha escuchado ese comentario tan vulgar y poco oportuno.

Claudia:       Bueno,  yo creo que todas hemos cambiado, nos hacemos mayores.

Anita:          Vaya Claudia, y tu menudo mostacho. Seguro que tu madre no quiere que te depiles porque eres demasiado pequeña. La mía también era algo boomer, pero como me puse pesada y me pasé dos días llorando y llorando porque no quería ir así a la playa… la convencí.

Ale, ya está más tranquila

Ale:         Pues sí Ana, estamos muy cambiadas. Yo estoy fatal, pero parece que a ti los cambios no te afectan.

Anita:       Imagino que te refieres a que estoy gorda y que parezco un lacasitos. Pues claro que me importa, pero lo bueno es que este año somos los mayores del cole y no creo que ninguno de los niños, de estos bebés de clase me diga algo, saben que puedo chinarme mucho y no creo ni que lo intenten.

El próximo año será otra cosa, en el Instituto habrá chicos más mayores y no creo que mi body pase desapercibido, así que tengo todo un curso para acostumbrarme a verme así …

Anita, ahora sí que parece triste hablando de su aspecto.

Por cierto, os dais cuenta, que este año cuando estemos aburridas en clase, podremos poner la excusa de que necesitamos ir al baño, porque tenemos la regla… Ji ji ji.-

Entran en clase otras tres niñas

Claudia:        Oh my God, el trío sigue perfecto a pesar del verano. Están más altas y más guapas, seguro que las hace el uniforme a medida Jorge Rey. Y mirad que pelo… y van maquilladas

Ale:       No seas tan hater, Claudia. Por cierto ¿Quién es Jorge Rey?

Las tres niñas vienen a saludar a nuestras amigas y se sientan a su lado..

El profesor entra en clase, les da la bienvenida y les comenta los mayores y cambiados que están, mientras va abriendo una por una todas las ventanas.

Ale:      Vaya (comenta en voz baja a Claudia), otro como mi madre, sólo le falta decir que aquí huele a humanidad.

Claudia     Es que hoy es el primer día y todavía viene relajado de las vacaciones…


SEGUNDA ESCENA

Cambio de escenario.

Ale está cenando en casa con su madre

Mamá:        Papá ha dicho que llegará tarde. Menudos horarios que tienen en el trabajo…

Y tú ¿Qué tal en el cole, Ale? Estás muy callada.

Ale:          Bueno como siempre.

Mamá        Os han mezclado este curso o sigues con los mismos compañeros del año pasado.

Ale:         No, noo, seguimos los mismos… bueno los mismos de nombre, porque si nos ves mamá, ni nos conoces. Es penoso

Mamá          Pero bueno, tanto habéis cambiado…

Ale          Tanto no. Mucho más. Es una pasada. Los niños están tan tontos como siempre pero las niñas… mamá, las niñas parecemos no sé… recién escapadas del zoo. La que no tiene granos, tiene, pelos.

Claudia, tiene bigote, Anita parece un cruasán. Alicia ha crecido una barbaridad, dice que únicamente se siente cómoda cuando juega al baloncesto. Patricia tiene que dormir con un corsé porque la espalda se le está torciendo… ¿quieres que siga?

Mamá:          Cariño, es lo normal, las chicas cambian antes que los chicos. Lo que pasa que es muy duro. Yo por ejemplo, lo pasé muy mal

Ale:         ¿Túuuu? Loool cuenta, cuenta, que no me lo creo.

Mamá       Pues yo cambié mucho y un año antes que tú. Con 11 años medía 1,70 era la más alta de la clase. No llevaba uniforme,  y me tenía que poner los jerséis y la ropa que hacía la abuela… que era de los más horripilante

Por cierto, de esto ni una palabra a la abuela.

Eran jerséis del año la polka y muy ajustados, de lana. Le apasionaba hacer punto, hacía florecitas, en un brazo, en otro animalitos… quería morirme. Los pantalones y las faldas también me las hacía ella. 

Dejé de jugar con mis amigos en el patio porque me daba vergüenza. Lo bueno, es que me aficioné a la lectura.

Ale:    Qué callado te lo tenías mamá. Eso me anima algo más, pero sigo sintiéndome fatal.

Mamá:        Lo sé, sólo quiero que sepas que para cualquier cosa, aquí me tienes…

Ale      Una cosa mamá. Mañana es la boda de la tía..

 ¡ejem, ejem! tose Ale, para llamar la atención, todo apunta a que va a pedir algo a su madre. 

         Imagino mami, que no querrás parecerte a la abuela…  sería posible si en vez del vestido ese verde llevara el peto nuevo. Tampoco me queda bien, pero lo prefiero mil veces al vestido

Madre:       Ja, ja ja… qué gamberra eres! Si crees que te vas a sentir mejor, adelante. 


TERCERA ESCENA

En la cena de la boda. Alejandra y su primo Martín..

      Alejandra viste un peto muy sencillo. El pantalón es muy ancho pero la parte de arriba, un poquito ceñida al cuerpo. Se ha puesto por encima un pañuelo de florecitas de colores que le ha dejado su madre, y que va colocando continuamente para asegurarse de que nadie notará sus cambios físico.

Su primo Martín, está con ella, son de la misma edad y siempre han sido inseparables, pero ahora Ale le saca casi una cabeza.

Martín:     Qué boda más cool, verdad Ale, cuanta peña.

Ale:           Si pero creo que somos los únicos invitados que tenemos 12 años.

Martín:      Bueno, nosotros y puede que aquella pava del vestido azul… se la ve outEl vestido no la pega, es como si hubieran recortado una foto de mi madre con 20 años y le hubieran pegado la cabeza de una niña con aparatos ortopédicos y gafas.

Ale:         Pobre, a mí también me habían comprado un vestido, alucina, un vestido igualito al suyo pero verde. Menos mal que al final mi madre cambió de opinión y pude venir con este peto ... este asqueroso peto, que se pega todo y es super ajustado.

Martín  Te queda bien, prima, no te preocupes. La verdad es que salvo por esas espinillas… yo diría que estás hasta buena

Ale:        Cierra el pico, pequeñajo empollón.

Los dos ríen a carcajadas. Siempre han compartido sus preocupaciones y problemas. Martín, es un niño con altas capacidades y eso no siempre le ha supuesto una ventaja a la hora de tener amigos. Sin embargo es un niño con una gran autoestima y muy extrovertido

Martín:        Nuestra mesa es la mesa infantil Ale, menuda nochecita nos espera

Ale:          Bueno, al menos seremos los mayores

En una mesa redonda, hay 5 niños entre 4 y 8 años, dos monitoras que permanecen de pie y la niña del vestido azul que habían visto antes. La monitoras les sientan uno a cada lado de esa niña que se llama Raquel.  Uno a uno tienen que ir presentándose. Es gracioso ver a los pequeños, se sienten mayores… están en una boda y les han sentado separados de sus padres.  

Raquel:   Qué envidia,  me encantaría sentirme así de feliz de nuevo.

Por cierto, si Martín y tu queréis sentaros juntos, os cambio el sitio.

Ale:        No te preocupes, estamos todo el día juntos y además Martín no es de los que habla bajito. Cuando el habla, se enteran todos los que están alrededor.

En apenas cinco minutos Martín ha empezado a hablar con los pequeñajos ya sabe en qué curso están, lo que les gusta, y todo están encantados preguntándole cosas. Mientras Alejandra y Raquel han empezado a compartir confidencias.

Raquel:    Ale qué suerte tienes con tu madre.

Ale:         ¿Con mi madre? ¿la conoces?

Raquel:   No, que va, pero… ¿sabías que los novios querían que tú y yo lleváramos las arras?  Tu, porque eres la ahijada de la novia y yo porque mi padrino es el novio.

Al parecer tu madre les convenció de que ya no teníamos edad.

A mi madre no le sentó nada bien, ella quería que verme vestida de tarta y desfilando por el pasillo de la iglesia… la de noches que he pasado llorando pensando en ese momento. Pero tu madre, dijo que no y que no, que tu ya no tenías edad de arras.

Ale:          What the fuck!

Martín:          Ale, por favor, que hay niños pequeños, (le reprocha Martín)

Ale:      Perdón, perdón… qué dices Raquel, mi madre ni me lo dijo. Eso sí, me compró un vestido igualito que el tuyo pero en verde. ¿Te imaginas que hubiéramos venido vestidas las dos iguales?

AAAAAhhhh, gritan las dos a la vez sin parar de reír.

La cena ha sido divertida, y se lo han pasado francamente bien.

monitora    Bueno chicos, ahora nos vamos a bailar a la disco.

Raquel:      Ni en bromas, yo no pienso bailar delante de todo el mundo… y eso que me encanta.

Ale:            Ni yo, ¿Podemos ir a otro sitio?

Monitora:      Pero bueno chicas,  tranquilas que nosotros tenemos nuestra discoteca particular, lejos de los mayores, y barra libre de refrescos y gominolas, sólo para los que tengan 12 años.

Los niños abandonan su mesa y abandonan el escenario. Nuestros tres preadolescentes, no se han separado ni un momento. Se les ve felices.  


ULTIMA ESCENA.

Alejandra está en la cama y su madre entra a darle las buenas noches.

Mamá         ¿Qué tal cariño? ¿Te lo has pasado bien?

Ale:        Ha sido la mejor boda de mi vida. Me lo he pasado genial, me duelen los pies de tanto bailar. Y Raquel, la niña del vestido azul, me ha pedido que te de las gracias por convencer a los novios de que no lleváramos las arras

Mamá        Ja, ja, ja me alegro.

Ale:          Sabes mamá, he sentido que era la fiesta de mi despedida.

Mamá     ¿ De qué despedida?

Ale:     La despedida de ser una niña. Se sentí como en una burbuja, jugando, bailando y riendo como una niña. No me importaban mis granos, ni mis cambios. Allí nadie se fijaba en eso, me sentí muy segura y confiada.

Pero también sentía que tenía que atravesar de nuevo esa burbuja… y eso me daba un poquito de miedo. Jamás me lo volveré a pasar tan bien.

Mamá         Pero bueno… no digas eso. Cuando estés con tus amigas, con nosotros con tu primo, te seguirás sintiendo bien. Lo primero es que poco a poco, te acostumbres a ser tú. Tienes que quererte. Sabes que eres estupenda, muy buena chica y también sabes que tienes que cambiar. ¿acaso pensabas que siempre ibas a ser como una niña de 10 años?

Ríen la dos…

Ale         Vale mamá. ¿Sabes? a lo mejor me tienes que dejar un poco tu maquillaje para los granos y comprarme alguna camiseta de esas anchas para cuando salga por ahí con mis amigas.

Mamá       Si con eso lo solucionamos todo… adelante, y sino ya me contarás…

Ale:   No creo, pero algo ayudará. 

 

Se abrazan 


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